La familia Reduviidae la integran una serie de especies de chinches conocidas vulgarmente como «chinches asesinas» debido a que no se alimentan de plantas sino que son depredadoras. Se engloba dentro de la superfamilia Reduvioidea y dentro del infraorden Cimicomorpha.
Tienen un cuerpo alargado. La cabeza es alargada y estrecha con un «pico» succionador dividido en tres segmentos. Al igual que las especies de la familia Berytidae, los redúvidos tienen un surco transversal en la cabeza que divide esta en una parte anterior y otra posterior. La parte posterior de la cabeza, detrás de los ojos es más estrecha que a la altura de los mismos. El rostrum (pico) está dividido en tres secciones.
Comparten muchos rasgos en común con las chinches damisela (Nabidae), ambas familias son de interés como controladores de plagas en cultivos gracias a sus hábitos depredadores de otros invertebrados.
En las zonas tropicales existen especies que se alimentan de la sangre de vertebrados y que pueden transmitir enfermedades (las «vinchucas» que transmiten la enfermedad de Chagas, causada por el protozoo Trypanosoma cruzi). Las especies ibéricas se alimentan de otros invertebrados que cazan al acecho. Su picadura los mata y luego absorben sus fluidos con su aparato bucal en forma de pico. Conviene no cogerlas. En una ocasión se me ocurrió coger con la mano un ejemplar del género Peirates, que creía muerto, y me llevé un picotazo que me estuvo escociendo unos días; se me hizo una especie de pequeña ampolla en la yema del dedo.
Se divide en la península ibérica en las subfamilias: Emesinae, Harpactorinae, Peiratinae, Phymatinae, Reduviinae, Saicinae y Stenopodainae.
Las especies aquí descritas son:
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