Araña de la familia Lycosidae, presente en la mancha conquense. Se trata de un licósido grande, casi tanto como Lycosa hispanica. Las hembras pueden alcanzar los 25 mm. Los machos, más pequeños, no pasan de unos 18 mm. Se trata de un depredador nocturno que suele pasar el día oculto bajo piedras o en oquedades. Es muy fácil observarlo de noche en verano corriendo por el suelo de barbechos, praderas y descampados. No excava madriguera, sino que se esconde bajo piedras por el día.
En su aspecto destaca el dibujo del dorso del prosoma (caparazón). Puede verse en él una ancha banda clara atravesándolo longitudinalmente y, lo que realmente la define, varias líneas claras radiales muy finas sobre fondo oscuro.
Los ojos medianos posteriores, los más grandes de sus 8 ojos, tienen una ligera orientación oblicua que converge hacia arriba, el clípeo suele tener menos pelos que en el género Lycosa y los quelíceros no son tan anchos como en este otro género. Las patas no están ventralmente anilladas como ocurre con las arañas del género Lycosa y, si bien esto es menos fiable, el dibujo del dorso del opistosoma está menos definido, con un pobre patrón difuso de forma dentada tras la mancha cardíaca.
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