Buthus sp.

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Buthus sp.

Hasta hace poco se consideraba a las especies B. occitanus, B. montanus (Sierra Nevada) y B. ibericus como únicas representantes de su género en la España peninsular, afirmando que B. occitanus era la especie más común y extendida en la Península Ibérica.

En 2020 y 2021 se han publicado trabajos (Teruel & Turiel) basados en estudios genéticos que muestran un nuevo dibujo del género Buthus en la Península Ibérica, con bastantes especies nuevas descritas, muy similares entre sí. Se aporta una corología que en principio podría ser útil para determinar los ejemplares encontrados. En base a la nueva información, la especie B. occitanus quedaría restringida al noreste, por encima del valle del Ebro. Se describe para la zona manchega (Ciudad Real y Albacete) la especie Buthus manchego y para la serranía de Cuenca B. pedrosousai. Por tanto, la identificación de nuestros escorpiones ha sufrido un gran cambio recientemente y habrá que estudiar más a estos arácnidos para mejorar el conocimiento de las especies que habitan en nuestra fauna.

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Detalle de pedipalpo y aguijón de Buthus sp. (posiblemente B. manchego).

Su tamaño es variable. Si no contamos con el metasoma su tamaño no suele superar los 7 cm. No obstante, al menos por mi entorno, no es frecuente encontrar ejemplares grandes, sino estadios juveniles que no alcanzan los 5 cm.

Se alimentan de invertebrados como tijeretas, pequeños escarabajos, grillos o milpies. Los captura con sus pinzas sirviéndose del aguijón para inyectar veneno que también sirve para preparar la presa para la ingesta. Los captura por la noche pues es de hábitos nocturnos y pasa el día oculto bajo piedras y cobijos similares. Prefieren las zonas áridas y secas.

Poseen una peculiar ceremonia de cortejo que el macho afronta con cautela pues puede costarle la vida. El macho efectúa una especie de danza que tiene por objetivo coger con sus pinzas las de la hembra y conducirla hacia el espermatóforo que el macho ha situado antes en el suelo. Como todos los escorpiones, son ovovivíparos.

La picadura de estas especies resulta bastante dolorosa pero no entraña peligro para la vida humana salvo en caso de reacción alérgica o niños muy pequeños.

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