Bactrocera (Daculus) oleae (Gmelin, 1790)

Bactrocera (Daculus) oleae (Gmelin, 1790)

Mosca de la familia Tephritidae y la subfamilia Dacinae, presente en la mancha conquense. Es la única especie de su género en la fauna ibérica. Se clasifica dentro del subgénero Daculus.

Tiene una longitud de unos 5 mm. Tiene unos ojos grandes de color cobrizo con reflejos iridiscentes, enclavados en una cabeza amarillenta o cobriza. El pronoto tiene una serie de bandas anchas longitudinales grises, las dos centrales completas y las dos laterales interrumpidas en la mitad de su longitud. El resto del dorso es negro o cobrizo con un llamativo escutelo blanco y dos manchas blancas en cada uno de los laterales. Tras un marcado adelgazamiento en la transición entre el tórax y el abdomen, aparece un abdomen globuloso de color cobrizo con manchas negras en los laterales de la mayoría de los terguitos. El ovopositor de la hembra es negro. Las alas son hialinas con una pequeña mancha negra en la zona apical, entre la costa y el final de R2+3, y una pequeña zona sombreada (amarillenta) entre la costa y el final de R1.

Se trata de una especie muy estudiada debido a su influencia en el cultivo del olivo. Existen multitud de publicaciones haciendo referencia a su ciclo biológico, los daños que produce en el árbol y los frutos así como el efecto de distintos tipos de tratamiento en su control poblacional. A grandes rasgos, la hembra «pica» el fruto y pone unos huevos dentro, donde se desarrolla la larva a costa de la aceituna en desarrollo. Además de provocar la caída de frutos y la contaminación por hongos y bacterias de los mismos, supone un esfuerzo adicional a los árboles para reponerse de los daños causados.

Bibliografía adicional: